LA HALITOSIS O EL MAL ALIENTO
Una clasificación de los tipos de halitosis sería en base a su procedencia u origen. Así se puede diferenciar entre halitosis de origen local o intraoral y halitosis de origen extraoral.
ORIGEN INTRAORAL
El 90% de las causas de halitosis tiene su origen en la boca. El origen del mal olor proviene generalmente de la parte posterior de la lengua. Existe un goteo no patogeno de material mucoso de origen posnasal que afecta más intensamente a un 25% de las personas.
El material mucoso descargado de las fosas nasales, en la parte posterior de la lengua, junto con particulas de alimentos, células y sangre, son hidrolizados por las bacterias de la cavidad oral y son los responsables del mal aliento.
Una higiene oral inadecuada da lugar a la inflamación de las encías y a la formación de las bolsas periodontales, que provocan un incremento en la proliferación de bacterias anaerobias gram negativas. Estas bacterias también son capaces de producir compuestos volátiles con el sustrato adecuado, teniendo efectos sobre el aliento.
Las situaciones locales orales que producen halitosis incluyen: gingivitis, periodontitis, caries extensas, falta de higiene oral y ulceraciones orales benignas o malignas. Tanto los procesos degenerativos que produzcan ulceras y necrosis como la presencia de inflamación o hemorragia acentúan los procesos de putrefacción.
En consecuencia, otra de las causas locales de halitosis será la arcada dentaria. Piezas dentarias en mal estado, ya sea por caries, falta de higiene bucal o espacios abiertos interdentales (que permiten la retención de resto de alimentos).
Es más fácil encontrar espacios interdentarios amplios o separados en ancianos que en niños o adolescentes, lo que lleva a explicar que será mayor la halitosis causada por este problema en ancianos que en las primeras etapas de la vida.
Existen casos crónicos de halitosis originados por alteraciones locales. Un ejemplo fácil es cuando una persona tiene amígdalas con criptas. Las ciptas son pequeños orificios superficiales en el tejido, que son fáciles de ver al abrir la boca y en cuyo fondo se encuentra el cáseum.
ORIGEN EXTRA ORAL
Causas respiratorias
Las más frecuentes son las de procedencia nasal, como la sinusitis o la presencia de pólipos. Aunque el mal aliento también puede deberse a laringitis, traqueitis y bronquitis.
Causas gastrointestinales
Se han observado casos de halitosis asociados a hepatitis, fístula colono- gástrica, fístula aortoentérica y diverticulosis. En un estudio sobre la relación del helicobacter pylori y la halitosis se obsevó una elevada correlación entre la eliminación de la bacteria y a la desaparición de la halitosis.
No está claro si las hemorragias de cualquier punto del aparato digestivo pueden producir halitosis. Aunque el esófago actuaría como cierre, si esta función se encuentra alterada (reflujo, estenosis, pilórica, hernia de hiato), la posibilidad existiría.
Causas metabólicas
Las mujeres durante la menstruación o el embarazo suelen manifestar síntomas de halitosis debido a que los tejidos orales se remuevan con frecuencia y las bacterias utilizan las células como alimento. Esto es causado por un alza en el estrógeno durante este período.
La trimetilaminuria o síndrome del olor a pescado resulta de la incapacidad del organismo para metabolizar la colina, que conduce a la acumulación en sangre y otros fluidos de la trimetilamina, compuesto responsable del mal olor del aliento, orina y sudor del paciente.
La uremia de las alteraciones renales produce un aliento con olor a orina por la excreción de urea a través de la cavidad oral. Los enfermos con problemas hepáticos y biliares presentan un olor ratonil en el aliento bastante característico.
Los estados febriles suelen conferir al paciente un aliento característico, debido, en parte, a que el enfermo respira preferiblemente por la boca y en parte a una disminución en la secreción de saliva y a una mayor tendencia a la fermentación ácida de los restos de alimentos.
Hay comidas que durante la digestión forman vapores sulfonados que entran en la sangre; cuando ésta llega a los pulmones algunos de estos vapores se expelen con la respiración. Los mejores ejemplos de este tipo de comida son el ajo y la cebolla, pero también está el brécol, el pepinillo, los cebollines, las coles de Bruselsas, el café y el alcohol. Estos pueden durar hasta 24 horas en la sangre. Según salen los vapores, parte de estos se disuelven en la saliva y se digieren de nuevo.
En la diabetes mellitus descmpensada, el aliento adquiere un olor característico llamado acetonémico, que recuerda al de la fruta marchita.
Fármacos
Algunos fármacos producen alteraciones en el aliento los más frecuentes son disulfiram, dinitrato de isosorbide, amonio triclorotelurado y tetraciclinas.
Alteraciones psíquicas
También existen individuos aparentemente sanos que se quejan del mal aliento sin que este pueda ser apreciado. No se suelen encontrar causas locales o sistémicas.
DIAGNÓSTICO
El primer paso y el más importante en su diagnóstico es obtener una detallada historia clínica del paciente. Es importante que el paciente recuerde el inicio, la frecuencia y duración de la halitosis. Se debe recoger en su historia datos acerca del consumo de alcohol o tabaco, injesta de fámacos implicados, hábitos dietéticos del paciente (ingesta de ajo, cebolla, especies, etc.) y presencia de situaciones estresantes. Una vez detectado la causa en el caso de ser oral, procederíamos al tratamiento.
TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO
El tratamiento consistirá siempre en una actuación sobre el origen del mal aliento. En primer lugar se intentará eliminar los factores prdisponentes: disminuir tabaco y alcohol, evitar el consumo de ciertos alimentos como el ajo, cebolla y especias. El incremento de la ingesta de agua entre las comidas es recomendable ya que la sequedad de la boca favorece la proliferación bacteriana.
En el caso de que se trate de una halitosis intraoral, debe tratarse la enfermedad de la cavidad oral, como caries, gingivitis y periodontitis. En pacientes de edad se pueden encontrar una serie de circunstancias especiales, como que lleve múltiples tratamientos restauradores. Es frecuente observar una pérdida de competencia del punto de contacto o fracturas de amalgamas. También se pueden encontrar casos de prótesis antiguas desajustadas, por lo que estos factores deben ser eliminados o subsanados.
La xerostomia debe ser tratada cuando aparezca, mediante la utilización de técnicas de aumento de flujo. Se pueden utilizar medidas mecánicas (mascar chicle o parafina), o utilizar fármacos para aumentar el volumen de saliva como la pilocarpina, el betanecol, etc. En aquellos casos en los que se puedan utilizar las medidas anteriores se puede acompañar se sustitutos salivares.
Higiene bucal
Es básica la instauración de métodos correctos de higiene bucal y lingual. Para ello el famacéutico debe informar de como se debe llevar a cabo una correcta higiene bucal.
Para el cepillado dental, es recomendable usar un cepillo cpn filamentos suaves. Si los filamentos están torcidos o desgastados, se debe sustituir el cepillo.
Para limpiar las superficies externas de los dientes, se colocará el cepillo en un ángulo de 45 grados apoyándolo en la unión de encía y diente y se moverá con suavidad mediante movimientos circulares o laterales. Después de cepillar las superficies externas de los dientes se hará lo mismo con la cara interna de los dientes. También es importante el buen manejo de otros dispositivos de limpieza (seda y cepillos interdentales).
Es recomendable la limpieza de la porción más dorsal y posterior de la lengua, que es la localización donde se asienta la mayor carga bacteriana.
En la actialidad existe en el mercado una gran variedad de limpiadores en muchas formas y en diversos tamaños para eliminar la saburra de la superficie lingual y hacer que la lengua está más sonrosada y menos blanquecina. Con los limpiadores linguales se intenta eliminar los restos que se acumulan en las fisuras.
El tratamiento antibacteriano puramente mecánico no es suficiente para corregir el problema de la halitosis y debe ayudarse de un tratamiento antibacteriano químico.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Para el control de la halitosis se utilizan antisépticos que deben reunir una serie de caracteristicas entre las que se incluyen poseer una baja toxicidad a dosis de uso habitual, de manera que, en caso de ingerirse, no sea altamente potencial.
La potencia del agente, entendida como la concentración requerida para inhibir el crecimiento de tipos específicos de bacterias, debe ser la suficiente a las concentraciones utilizadas para inhibir al menos el crecimiento o la proliferación de bacterias de la placa bacteriana.
RECOMENDACIONES
Deben controlarse hábitos como la ingesta de café o tabaco.
Es recomendable una dieta pobre en grasas y rica en frutas frescas y verduras.
Cepillarse los dientes depués de cada comida, usar hilo dental y limpiadores linguales.
Tomar suficiente agua para mantener la boca hidratada. Hacer enjuagues bucales ayuda a eliminar las partículas de comida.
Incrementar la producción de saliva usando goma de mascar sin azúcar.
Es conveniente la revisión por su dentista al menos dos veces al año.
Evitar los alimentos que puedan causar mal olor como la cebolla cruda, ajo, repollo, huevo, brócoli, pimiento y brécol.