LA RECESIÓN GINGIVAL

Los factores predisponentes son: dehiscencias óseas, maloclusiones, ortodoncia, periodontitis, invasiones del espacio biológico. Estos factores predisponentes actúan sobre el hueso alveolar y los desencadenantes, como el cepillado dental traumático, la placa bacteriana, la tracción muscular/ligamentosa ( frenillo), las restauraciones iatrogénicas, edad, actúan sobre la encía. 

Según el consenso de la primera Reunión Europea de Periodoncia de 1.994, entre las indicaciones para el recubrimiento de esa raíz desprovista de encía, se incluyen motivaciones estéticas u ortodóncias, hipersensibilidad dental o caries radicular.

La exposición radicular que genera una recesión en la encía, puede no comprometer la supervivencia del diente si el remanente óseo está preservado y la placa bacteriana controlada mediante buenas técnicas de higiene oral. Sin embargo, desde el punto de vista periodontal, está indicado tratarla cuando es progresiva y/o dificulta una correcta higiene oral e incluso si es molesta estéticamente para el paciente.

A lo largo de las últimas décadas se han desarrollado distintas modalidades para el recubrimiento de esa recesión de la encía que cubre la raíz, como injertos epiteliales libres, colgajos de reposición coronal y lateral, injertos de tejido conectivo subepilial libre, técnica del sobre, colgajos semilunares, regeneración tisular guiada, injerto del tejido conectivo subepilial, técnica del túnel para un diente o modificaciones para varios dientes. El doctor que abordará el caso elegirá un técnica u otra dependiendo del caso. Para ello, en primer lugar, se hará una visita de evaluación donde se realizarán fotos y se anotarán los mm que mide dicha recesión, una radiografía periapical de los dientes involucrados, además de preguntarse al paciente sobre sus hábitos y técnicas de higiene.

Hay que tener en cuenta que, dependiendo del tipo de recesión y del hueso subyacente, el cubrimiento de la raíz tras un injerto podrá se completo o incompleto.