EL SÍNDROME DE RESPIRACIÓN BUCAL

La mayoría de la gente no se detiene a pensar cómo o con qué frecuancia están respirando. Entendemos como normal o común el uso de la nariz para respirar. Sin embargo algunas personas utilizan su boca para respirar, generando lo que se conoce como respiración bucal.

La respiración bucal introduce aire frio seco y cargado de polvo a la boca y faringe. Se pierde el calentamiento, la humidificación y la filtración del aire que normalmente tienen lugar en la nariz esto causa irritación de la mucosa bucal y faríngea y la canidad de oxígeno que pasa a la sangre es insuficiente. 

Conclusión: La identificación oportuna del síndrome de respiración bucal, permite interceptar, corregir y minimizar sus repercusiones crónicas: la maloclusión de los maxilares, alteraciones funcionales, estructurales, patológicas, posturales, oclusivas y comportamentales que podría causar el síndrome de respiración bucal; llevando a consecuencias negativas en la calidad de vida de estos individuos debido a su impacto personal, físico, psicológico y social.

Todos sabemos que la respiración persigue proporcionar oxígeno a los tejidos y retirar de ellos el dióxido de carbono producido por la actividad metabólica celular. Este proceso es esencial para mantenernos en vida y, cuando se presentan dificultades al llevarlo a cabo a través de las fosas nasales, el paciente podría sustituirlas por la boca. De hecho, los motivos más comunes que nos conducen al síndrome repirador bucal son las obstrucciones de la vía aérea superior o la flacidez de la musculatura perioral.

Es verdad que las personas podemos respirar por la boca en momentos determinados - como cuando hacemos ejercicio - pero hacerlo de forma habitual es considerado cientificamente como una disfunción por hábito.

Según algunos profesionales, los repiradores bucales por el mal hábito son pacientes que en algún momento tuvieron un factor obstructivo y que, como consecuencia de ello, se acostumbraron a respirar de forma no fisiológica. Si se trata de edades tempranas - en la infancia o la adolescencia -, el síndrome del respirador bucal tiene solución. Así, evitaremos los problemas que pueden derivarse del mismo.

 Niño respiración

 

CONSECUENCIAS DEL SÍNDRIME DEL RESPIRADOR BUCAL

 

  • Maloclusiones dentarias: son una de las consecuencias dentales más comunes del síndrome del respirador bucal. Estos pacientes suelen colocar la lengua en la posición baja y los labios entreabiertos para dejar pasar el aire. Como no sellan los labios, para poder tragar interponen la lengua y provocan, inconscientemente, una mordida abierta anterior. Los dientes de arriba no están en contacto con los de abajo y el paladar es más estrecho u ojival.
  • Síndrome de la boca seca: aunque suele ser provocada por medicamentos - sobre todo en personas mayores - esta patología también puede ser producto por la respiración bucal. La falta de saliva por sequedad entorpece la función de autolimpieza de la saliva, presenta un riesgo mayor de contraer caries dentales y puede conducirnos al mal aliento.
  • Mal aliento, caries y enfermedad periodontal: el síndrome del respirador bucal causa una menos humedad de la cavidad oral - síndrome de la boca seca - que facilita el desarrollo de las bacterias y la afectación por caries, enfermedad periodontal e incluso halitosis. 
  • Posturas de la cabeza, del cuello y del cuerpo alteradas: la respiración bucal suele comportar una posición más avanzada de la cabeza, que supone una sobrecarga de los músculos de la espalda y del cuello. 
  • Asimetría facial: los pacientes que sufren de este síndrome mastican únicamente por el lado de la boca puesto que, de hacerlo por los dos, no tendrían espacio para respirar y se atragantarían con la comida. Este hábito - que se convierte en necesario si quieren respirar y comer al mismo tiempo - puede dar lugar a una asimetría facial, pues la actividad muscular es mayor en el lado de la masticación.
  • Trastornos del sueño: la respiración bucal provoca trastornos del sueño como ronquidos, insomnio, terrores nocturnos y  síndrome de hiperventilación. Todas estas circunstacias pueden evolucionar a una apnea del sueño, esto es, una respiración más rápida, superficial y entrecortada.
  • Bajo rendimiento: la falta de oxígeno y otros factores hormonales hacen que los niños sufran sobrepeso, cansacio y también bajo rendimento. 

Aunque ya hemos dicho que la causa principal del síndrome del respirador bucal es la obstrucción de las fosas nasales, también puede aparecer debido a circunstancias distintas: alegias crónicas, hipertrofia de las amígdalas, pólipos nasales, desviación del tabique nasal, constricción de las vías respiratorias superiores o retroceso de la mandíbula producido por la succión digital (chuparse  el dedo), entre otras causas.

Así pues, deberemos ser capaces de detectar si existe respiración bucal de la manera más rápida y eficaz y así corregirlo para evitar problemas posteriores.