Prevención ante todo

En el campo de la odontología se ha venido produciendo una serie de avances muy importantes para el desarrollo de esta disciplina. En Clínica Dental GM siempre estamos al tanto de las últimas técnicas y novedades para ayudar a nuestros pacientes en todo lo que tenga relación con su salud bucodental.

Cada vez más se tienen unos conocimientos más profundos y precisos referentes a patologías y enfermedades como la caries y los problemas periodontales. Es debido a estos descubrimientos y avances, que los tratamientos y técnicas para combatir estas patologías son más precisos y efectivos.

Al igual que en otras disciplinas médicas, en odontología también hay diferentes escalas o grados para medir la intensidad de las enfermedades bucales u otro tipo de afectaciones de la cavidad oral. Hablando en un sentido amplio, la prevención se podría definir como “una medida que permite reducir considerablemente la aparición de una enfermedad o interrumpir la progresión de la misma”. Viendo todo esto desde el punto que la prevención ya no sólo es para prevenir sino también para detener los avances y poder llegar a la curación de la patología en cuestión.

Para poder conseguir el objetivo de una buena prevención se podría dividir en tres tipos: primaria, secundaria y terciaria. A continuación, iremos explicando en qué consisten cada una de ellas.

Prevención primaria, secundaria y terciaria

En odontología, cuando se habla de prevención primaria es cuando se hace referencia a reducir o aminorar la aparición de enfermedades bucales. Si se logra este objetivo, se habrá conseguido que la incidencia sobre el paciente sea la mínima posible. Tomar medidas de precaución como campañas de sensibilización con la higiene y la salud bucodental en la población serían de lo más efectivas. Tratando de incidir en la importancia de una buena educación ya sea en las familias y en los centros asistenciales de salud familiar.

La prevención secundaria hace acto de presencia cuando la primera fase no ha logrado los objetivos propuestos. Es cuando ya deben ponerse en marcha diferentes tratamientos o técnicas para interrumpir la afección. Por medio de la prevención secundaria los especialistas pueden ofrecer un mejor diagnóstico a sus pacientes y logran mantener la enfermedad bajo control.

La tercera fase, o prevención terciaria es cuando las anteriores medidas no han podido ser óptimas y lo que se pretende es evitar males mayores y enfermedades de grados mucho más altos y lesivos para los pacientes.